TÃtulo : |
La reina Jezabel |
Tipo de documento: |
texto impreso |
Autores: |
Jean Plaidy |
Editorial: |
Barcelona : Ediciones B |
Fecha de publicación: |
2006 |
Número de páginas: |
421 p |
ISBN/ISSN/DL: |
978-84-666-2883-9 |
Idioma : |
Español (spa) |
Palabras clave: |
LITERATURA INGLESA NOVELA INGLESA NOVELA HISTÓRICA |
Clasificación: |
P 96 |
Resumen: |
El dÃa 24 de agosto de 1572 la locura se apoderó de los católicos de ParÃs. Las piedras que pavimentaban las calles de la ciudad enrojecieron teñidas por la sangre de los hugonotes. Las campanas de la iglesia de Saint Germain l'Auxerrois repicaban con ira, sin que nadie hiciera amago de detenerlas. Era la señal convenida para la carnicerÃa.
Catalina de Médicis agregaba asà -a su largo historial de crÃmenes- su infamia maestra: la noche de San Bartolomé.
Catalina adoradora de un solo dios: el poder. Genial e implacable, gobernaba valiéndose de su ascendiente sobre sus débiles hijos: Carlos, ese hijo medio loco, el pervertido duque de Anjou y el deforme duque de Alencon. A todos ellos se agregaba su hija Margot, la libertina. Ninguno de sus hijos amaba a Catalina, pero ninguno osaba contradecirla. Y toda Francia temblaba ante su nombre. |
La reina Jezabel [texto impreso] / Jean Plaidy . - Barcelona : Ediciones B, 2006 . - 421 p. ISBN : 978-84-666-2883-9 Idioma : Español ( spa)
Palabras clave: |
LITERATURA INGLESA NOVELA INGLESA NOVELA HISTÓRICA |
Clasificación: |
P 96 |
Resumen: |
El dÃa 24 de agosto de 1572 la locura se apoderó de los católicos de ParÃs. Las piedras que pavimentaban las calles de la ciudad enrojecieron teñidas por la sangre de los hugonotes. Las campanas de la iglesia de Saint Germain l'Auxerrois repicaban con ira, sin que nadie hiciera amago de detenerlas. Era la señal convenida para la carnicerÃa.
Catalina de Médicis agregaba asà -a su largo historial de crÃmenes- su infamia maestra: la noche de San Bartolomé.
Catalina adoradora de un solo dios: el poder. Genial e implacable, gobernaba valiéndose de su ascendiente sobre sus débiles hijos: Carlos, ese hijo medio loco, el pervertido duque de Anjou y el deforme duque de Alencon. A todos ellos se agregaba su hija Margot, la libertina. Ninguno de sus hijos amaba a Catalina, pero ninguno osaba contradecirla. Y toda Francia temblaba ante su nombre. |
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