TÃtulo : |
La herencia y otros relatos |
Tipo de documento: |
texto impreso |
Autores: |
Guy de Maupassant, Autor |
Mención de edición: |
3a edic |
Editorial: |
Montevideo : Ediciones de la Banda Oriental |
Fecha de publicación: |
1884 |
Número de páginas: |
124 p |
ISBN/ISSN/DL: |
978-997-41058-6 |
Idioma : |
Español (spa) |
Palabras clave: |
LITERATURA FRANCESA NOVELA FRANCESA CIENCIA FICCIÓN |
Clasificación: |
M 7 |
Resumen: |
Aunque no habÃan dado las diez, un rÃo de funcionarios entraba por la puerta principal del Ministerio de la Marina; venÃan con gran premura desde todos los rincones de Paris, porque se acercaba el dÃa de Año Nuevo, época de laboriosidad y de ascensos, el ruido de pasos precipitados resonaba por todo el inmenso edificio, tortuoso como un laberinto, surcado por una red enmarañadÃsima de pasillos agujereados por innumerables puertas que dan acceso a las oficinas.
Penetraba cada cual en su compartimiento, estrechaba la mano del colega llegado antes que él, se quitaba la americana, endosaba la ropa vieja de trabajo y se sentaba a su mesa, en la que le esperaban montones de papeles.
Más tarde se trasladaban en busca de noticias a las oficinas contiguas. Preguntaban, en primer lugar, si habÃa llegado el jefe, si traÃa cara de buen humor, si abultaba mucho el correo del dia. El señor César CachelÃn, oficial de entrada del negociado de "Material general" |
La herencia y otros relatos [texto impreso] / Guy de Maupassant, Autor . - 3a edic . - Montevideo : Ediciones de la Banda Oriental, 1884 . - 124 p. ISSN : 978-997-41058-6 Idioma : Español ( spa)
Palabras clave: |
LITERATURA FRANCESA NOVELA FRANCESA CIENCIA FICCIÓN |
Clasificación: |
M 7 |
Resumen: |
Aunque no habÃan dado las diez, un rÃo de funcionarios entraba por la puerta principal del Ministerio de la Marina; venÃan con gran premura desde todos los rincones de Paris, porque se acercaba el dÃa de Año Nuevo, época de laboriosidad y de ascensos, el ruido de pasos precipitados resonaba por todo el inmenso edificio, tortuoso como un laberinto, surcado por una red enmarañadÃsima de pasillos agujereados por innumerables puertas que dan acceso a las oficinas.
Penetraba cada cual en su compartimiento, estrechaba la mano del colega llegado antes que él, se quitaba la americana, endosaba la ropa vieja de trabajo y se sentaba a su mesa, en la que le esperaban montones de papeles.
Más tarde se trasladaban en busca de noticias a las oficinas contiguas. Preguntaban, en primer lugar, si habÃa llegado el jefe, si traÃa cara de buen humor, si abultaba mucho el correo del dia. El señor César CachelÃn, oficial de entrada del negociado de "Material general" |
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