TÃtulo : |
Los cantos de maldoror |
Tipo de documento: |
texto impreso |
Autores: |
Conde de Lautréamont, Autor |
Editorial: |
Montevideo : Centro Editor de América Latina |
Fecha de publicación: |
1969 |
Número de páginas: |
89p |
Idioma : |
Español (spa) |
Palabras clave: |
LITERATURA URUGUAYA POESIA |
Resumen: |
En Los cantos de Maldoror ensalza el asesinato, el sadomasoquismo, la violencia, la blasfemia, la obscenidad, la putrefacción y la deshumanización. Los surrealistas lo rescataron del olvido e hicieron de él uno de los precursores de su movimiento.
Maldoror es una figura demonÃaca suprema que aborrece a Dios y a la humanidad.
El personaje central de Los cantos de Maldoror (en francés «Mal d'Aurore», «Mal de la aurora») es una figura que reniega ferozmente de Dios y del género humano. En un libro en el que resuenan «los cascabeles de la locura», la crueldad y la violencia, Maldoror encarna la rebelión adolescente y la victoria de lo imaginario sobre lo real: su odio hacia la realidad (eso que llama «El Gran Objeto Exterior») lo separa de sus congéneres, y por este motivo sufre. Aun asÃ, su orgullo (dirÃamos miltoniano) es más poderoso. |
Los cantos de maldoror [texto impreso] / Conde de Lautréamont, Autor . - Montevideo : Centro Editor de América Latina, 1969 . - 89p. Idioma : Español ( spa)
Palabras clave: |
LITERATURA URUGUAYA POESIA |
Resumen: |
En Los cantos de Maldoror ensalza el asesinato, el sadomasoquismo, la violencia, la blasfemia, la obscenidad, la putrefacción y la deshumanización. Los surrealistas lo rescataron del olvido e hicieron de él uno de los precursores de su movimiento.
Maldoror es una figura demonÃaca suprema que aborrece a Dios y a la humanidad.
El personaje central de Los cantos de Maldoror (en francés «Mal d'Aurore», «Mal de la aurora») es una figura que reniega ferozmente de Dios y del género humano. En un libro en el que resuenan «los cascabeles de la locura», la crueldad y la violencia, Maldoror encarna la rebelión adolescente y la victoria de lo imaginario sobre lo real: su odio hacia la realidad (eso que llama «El Gran Objeto Exterior») lo separa de sus congéneres, y por este motivo sufre. Aun asÃ, su orgullo (dirÃamos miltoniano) es más poderoso. |
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