TÃtulo : |
Pueblo |
Tipo de documento: |
texto impreso |
Autores: |
José Azorin, Autor |
Editorial: |
Buenos Aires : Espasa - Calpe |
Fecha de publicación: |
1941 |
Número de páginas: |
148p |
Idioma : |
Español (spa) |
Palabras clave: |
LITERATURA ESPAÑOLA CIENCIA FICCION |
Resumen: |
Madera; esparto; madera y esparto. Travesaños; respaldar; asiento. Una silla aja; baja para coser ante el costurero. Cosiendo; siempre cosiendo. La luz que ilumina el costurero y que ilumina la silla. Cuatro pies cortos; el asiento de delgada cuerda de esparto; o de paja. El respaldo con sus travesaños. El rayo de sol que entra por la ventana hace que los barrotes de la silla marquen su sombra en la pared blanca o en los ladrillos rojos. El vivo fulgor solar, en los esplendentes dÃas claros, envuelve la silla. Como de oro, siendo de humilde pino; como de oro, en el ambiente áureo del pleno y radiante sol. Suave, discreta en la claridad de la luna; el silencio y el descanso; descanso, en las horas de la madrugada. La luz de la luna va girando lenta, dulce, acariciadora, en torno de la silla pobre de pino y esparto. La luz de la luna que, al fin, desaparece y deja a la silla en la oscuridad; sólo alumbrada vagamente por el fulgor de las estrellas. Inmóvil, inalterable, a través del tiempo, con serenidad y sosiego. La madera de pino que ha ido adquiriendo una tonalidad oscura y que ha ido puliéndose en sus ángulos. Sin lo chillón de la madera nueva, ha entrado ya, con el tiempo, en la tonalidad del cuartito y del costurero. Ha logrado la suspirada armonÃa, en color y en lÃneas, con el ambiente que la rodea. Con todo lo que cercuya –aire, cosas, seres humanos- a la humilde silla de pino. Más noble ahora, después de que se ha trabajado tanto en ella, que el más augusto sitial; más humana, más excelsa, que todos los sillones de maderas preciosas.
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Pueblo [texto impreso] / José Azorin, Autor . - Buenos Aires : Espasa - Calpe, 1941 . - 148p. Idioma : Español ( spa)
Palabras clave: |
LITERATURA ESPAÑOLA CIENCIA FICCION |
Resumen: |
Madera; esparto; madera y esparto. Travesaños; respaldar; asiento. Una silla aja; baja para coser ante el costurero. Cosiendo; siempre cosiendo. La luz que ilumina el costurero y que ilumina la silla. Cuatro pies cortos; el asiento de delgada cuerda de esparto; o de paja. El respaldo con sus travesaños. El rayo de sol que entra por la ventana hace que los barrotes de la silla marquen su sombra en la pared blanca o en los ladrillos rojos. El vivo fulgor solar, en los esplendentes dÃas claros, envuelve la silla. Como de oro, siendo de humilde pino; como de oro, en el ambiente áureo del pleno y radiante sol. Suave, discreta en la claridad de la luna; el silencio y el descanso; descanso, en las horas de la madrugada. La luz de la luna va girando lenta, dulce, acariciadora, en torno de la silla pobre de pino y esparto. La luz de la luna que, al fin, desaparece y deja a la silla en la oscuridad; sólo alumbrada vagamente por el fulgor de las estrellas. Inmóvil, inalterable, a través del tiempo, con serenidad y sosiego. La madera de pino que ha ido adquiriendo una tonalidad oscura y que ha ido puliéndose en sus ángulos. Sin lo chillón de la madera nueva, ha entrado ya, con el tiempo, en la tonalidad del cuartito y del costurero. Ha logrado la suspirada armonÃa, en color y en lÃneas, con el ambiente que la rodea. Con todo lo que cercuya –aire, cosas, seres humanos- a la humilde silla de pino. Más noble ahora, después de que se ha trabajado tanto en ella, que el más augusto sitial; más humana, más excelsa, que todos los sillones de maderas preciosas.
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