TÃtulo : |
Job: una comedia de justicia |
Tipo de documento: |
texto impreso |
Autores: |
Robert Heinlein |
Editorial: |
Barcelona : Ultramar |
Fecha de publicación: |
1986 |
Número de páginas: |
416p |
ISBN/ISSN/DL: |
978-84-7386-420-6 |
Idioma : |
Español (spa) |
Palabras clave: |
LITERATURA ESTADOUNIDENSE NOVELA ESTADOUNIDENSE |
Clasificación: |
H 69 |
Resumen: |
Tras aquello de Polinesia, el mundo cambió repentinamente para él. En vez del ministro fundamentalista Alexander Hergensheimer, ahora se suponÃa que era Alec Graham, una figura de las antÃpodas metida en un lÃo amoroso con su camarera Margreth que era lo único bueno en todo aquel maldito asunto.
Luego, un iceberg imposible hizo zozobrar el buque en los trópicos; rescatados por un avión mexicano, fueron golpeados por un doble terremoto. A partir de entonces, a medida que el cambiado mundo cambiaba una vez más a otro mundo más cambiado, las cosas fueron yendo de mal en peor...
Para Alec, todos esos signos señalaban cada vez con mayor firmeza hacia el Armageddón y el DÃa del Juicio. Y Margreth era una atea decidida. De alguna forma tenÃa que conducirla al estado de gracia, porque el Cielo no iba a ser un paraÃso sin ella. Pero el tiempo se estaba acabando.
De alguna forma, tenÃa que existir una solución a todo aquel maldito embrollo. Y, por supuesto, la habÃa.
Aunque la solución era un auténtico Infierno... |
Job: una comedia de justicia [texto impreso] / Robert Heinlein . - Barcelona : Ultramar, 1986 . - 416p. ISBN : 978-84-7386-420-6 Idioma : Español ( spa)
Palabras clave: |
LITERATURA ESTADOUNIDENSE NOVELA ESTADOUNIDENSE |
Clasificación: |
H 69 |
Resumen: |
Tras aquello de Polinesia, el mundo cambió repentinamente para él. En vez del ministro fundamentalista Alexander Hergensheimer, ahora se suponÃa que era Alec Graham, una figura de las antÃpodas metida en un lÃo amoroso con su camarera Margreth que era lo único bueno en todo aquel maldito asunto.
Luego, un iceberg imposible hizo zozobrar el buque en los trópicos; rescatados por un avión mexicano, fueron golpeados por un doble terremoto. A partir de entonces, a medida que el cambiado mundo cambiaba una vez más a otro mundo más cambiado, las cosas fueron yendo de mal en peor...
Para Alec, todos esos signos señalaban cada vez con mayor firmeza hacia el Armageddón y el DÃa del Juicio. Y Margreth era una atea decidida. De alguna forma tenÃa que conducirla al estado de gracia, porque el Cielo no iba a ser un paraÃso sin ella. Pero el tiempo se estaba acabando.
De alguna forma, tenÃa que existir una solución a todo aquel maldito embrollo. Y, por supuesto, la habÃa.
Aunque la solución era un auténtico Infierno... |
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