TÃtulo : |
El resorte está de fiesta |
Tipo de documento: |
texto impreso |
Autores: |
Julio Cesar Castro (Juceca), Autor |
Editorial: |
Montevideo : Planeta |
Fecha de publicación: |
2012 |
Número de páginas: |
493 p |
Il.: |
fotos |
ISBN/ISSN/DL: |
978-9974-700-08-6 |
Idioma : |
Español (spa) |
Palabras clave: |
LITERATURA URUGUAYA HUMOR |
Clasificación: |
C LITERATURA URUGUAYA |
Resumen: |
?Cuando uno lee ?podrÃamos decir escucha- a Juceca, lo inunda un placer de aquellos que no cabiéndose en el alma busca salir, quizás como carcajada, pero es de tan adentro que se vuelve como una serie de hipos, cortitos y sordos, que lo conmueven todo. Todo lo que usted es. Y en ese todo usted disfruta, ¿para qué va a andar averiguando por qué?
No se trata de eso entonces. Pero por lo menos hay que saber a quien darle las gracias por el tal placer. Yo, modestamente ?capaz que ya hay un montón que lo descubrió - creo que debe ser a la sustancia humana de la gente de El Resorte. A su projimidad, como decÃan nuestros paisanos antes, siempre a flor de agua, pronta para asomar al instante como amistad de la buena o consejo solidario. Y por debajo de todo esto ?no se la oye pero está?, al decir de La Ariscona, de Lena, una ternura de aquellas.
A esa gente, seguro, hay que darle las gracias. Gente que ya no queda, ¿sabe? Que, cualquiera dirÃa, que no va a volver a encontrar porque se fueron con Juceca. Y tal parece.
Pero al final, uno se da cuenta de que cincuenta años es mucho, aunque no tanto, y que no hay almanaque que pueda matar la ternura, la amistad y la simpleza de estos queridos paisanos de El Resorte?.
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El resorte está de fiesta [texto impreso] / Julio Cesar Castro (Juceca), Autor . - Montevideo : Planeta, 2012 . - 493 p : fotos. ISBN : 978-9974-700-08-6 Idioma : Español ( spa)
Palabras clave: |
LITERATURA URUGUAYA HUMOR |
Clasificación: |
C LITERATURA URUGUAYA |
Resumen: |
?Cuando uno lee ?podrÃamos decir escucha- a Juceca, lo inunda un placer de aquellos que no cabiéndose en el alma busca salir, quizás como carcajada, pero es de tan adentro que se vuelve como una serie de hipos, cortitos y sordos, que lo conmueven todo. Todo lo que usted es. Y en ese todo usted disfruta, ¿para qué va a andar averiguando por qué?
No se trata de eso entonces. Pero por lo menos hay que saber a quien darle las gracias por el tal placer. Yo, modestamente ?capaz que ya hay un montón que lo descubrió - creo que debe ser a la sustancia humana de la gente de El Resorte. A su projimidad, como decÃan nuestros paisanos antes, siempre a flor de agua, pronta para asomar al instante como amistad de la buena o consejo solidario. Y por debajo de todo esto ?no se la oye pero está?, al decir de La Ariscona, de Lena, una ternura de aquellas.
A esa gente, seguro, hay que darle las gracias. Gente que ya no queda, ¿sabe? Que, cualquiera dirÃa, que no va a volver a encontrar porque se fueron con Juceca. Y tal parece.
Pero al final, uno se da cuenta de que cincuenta años es mucho, aunque no tanto, y que no hay almanaque que pueda matar la ternura, la amistad y la simpleza de estos queridos paisanos de El Resorte?.
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